Somos un matrimonio que ya lleva 2 años casados. Cuando nos conocimos teníamos diferentes maneras de mantenernos y llevar en pan a la mesa. Evelyn se dedicaba a un emprendimiento en el Anfiteatro de Hualpén, donde vendía juguetes y artículos de bazar. Yo, Francisco, por mi parte, trabajaba como chofer despachador de insumos médicos en hospitales y domicilios entre Rancagua y Puerto Montt.

Una vez que nos casamos continuamos con nuestros trabajos. Podíamos mantener nuestro hogar y ahorrar para algunas cosillas. Sin embargo, teníamos un problema: no nos quedaba tiempo para otros asuntos. En mi caso, por ejemplo, tenía largas jornadas de trabajo de hasta 15 horas, recorriendo largas distancias. Llegaba tan cansado que, cuando tenía libre, sólo me quedaba en casa intentando recuperar energías. Sentía que mi trabajo me impedía cumplir con otras responsabilidades, y quería más libertad.

Eve una vez me contó que su gran sueño era tener un negocio en el hogar. De hecho, hizo una ampliación en la casa pensando en tener uno. De a poco me fue convenciendo de que tener nuestro propio negocio podía ser una real opción para mantenernos y, al mismo tiempo, dedicarnos a otras cosas. Finalmente, luego de más de 6 años trabajando como chofer, renuncié. Mi Eve renunció a su emprendimiento y, juntando peso a peso, construimos nuestro negocio, luego de varios meses de arduo trabajo.

Nuestro objetivo principal al montar la Librería "Donde Panchito" siempre fue tener más tiempo y libertad para estar juntos los tres como familia (tenemos una hija) y también para actividades espirituales. Y, hasta el momento, el negocio nos ha permitido hacerlo. Así, en breve, te contamos cómo forjamos nuestro local.